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ACERCA DE

Acerca de

La famosa línea de ropa de Paula Martini, atemporal y elegante sin esfuerzo, cuenta una historia: una de mar, arena y viento constante.


Hilos nobles, artesanía impecable, una fuerte estética personal y el encanto de José Ignacio se tejen con cuidado en cada pieza.

Donde estamos

El escenario es el pueblo pesquero de José Ignacio, donde Paula llegó hace más de 20 años y donde comenzó su afición por tejer. Ubicado en una península en el sureste de Uruguay, José Ignacio, anteriormente un rincón tranquilo junto al mar, se ha transformado con los años en uno de los lugares internacionales preferidos durante la temporada de verano en América del Sur.


Inspirados en la gran tradición uruguaya de lo hecho a mano, junto con la elegante simplicidad de su entorno natural en el océano, los diseños para todas las estaciones de Paula son una marca única, en la que cada pieza está confeccionada a partir de una selección selecta de hilos provenientes de toda América Latina y y teñido a mano en su propio taller. Del día a la noche, de la playa al cóctel, son prendas que juegan con la forma y el volumen en una amplia variedad de puntos y texturas. Son piezas que hay que apreciar y conservar, y que siempre sobreviven a las tendencias de temporada.

Biografía

Después de estudiar arte en Buenos Aires, moda en la Parsons School of Design de Nueva York y técnicas de teñido en Central Saint Martin's de Londres, Paula Martini se instaló en el entonces decididamente poco cosmopolita pueblo pesquero de José Ignacio, Uruguay. Junto a su marido, Martín Pittaluga, abrieron Bajo el Alma, un restaurante y tienda que pronto se convirtió en sinónimo de José Ignacio y desató la metamorfosis del pueblo, capturando plenamente su esencia: una que combinaba la más alta calidad, ya fuera comida hermosa o seda. y jerséis, sin renunciar al cierto encanto casero.


Fue en Bajo el Alma donde Paula mostró su producción inicial de suéteres tejidos a mano junto con camisolas de seda, algodón y lino para el verano, todos los cuales ella misma teñía a mano.
El diseño de ropa característico de Paula está íntimamente entrelazado con el estilo de vida de José Ignacio. Durante años, la producción de prendas de vestir estuvo sincronizada con los ritmos estacionales del pueblo. El otoño era el momento de esbozar ideas, el invierno de tejer, la primavera de teñir y el verano de presentarlas a sus leales y entusiastas compradores. La etapa favorita de Paula era Primavera cuando, como verdadera artista que es, experimentaba incansablemente con tintes, texturas y pasamanerías, dando vida inimitable a cada pieza.


Debido al alto nivel de artesanía de Paula -y, por supuesto, a través de la intimidad del propio trabajo de los artesanos en la ejecución de sus diseños- estas prendas llevan dentro de sí la sensación de haber sido tocadas, potenciando la sensación de comodidad y calidez en cada. Las piezas hablan del aprecio por la paciencia y se convierten en prendas emocionales. Lo hecho a mano fue una auténtica elección para Paula, una evidente extensión de su entorno natural, pero también una forma de preservar un oficio que siempre ha sido practicado por las mujeres de la zona y que no es muy adoptado por las generaciones más jóvenes.